Hace ya 4 años mi papá cumplió su sueño de comparar una casa; como tanto anhelaba poder tenerla decido que compraría una que tuviera historia, es por eso que junto con mi mamá adquirieron la casa de mi tío Juan, ya que en esa casa mi mamá vivió lindos momentos cuando llego a arica (estoy hablando de 30 años atrás) y varios de esos fueron con mi papa es sus tiempos mozos (pololeo); se pensó se hizo… la compraron, pero por varios motivos, entre otros locomoción a la U, y economía no nos fuimos altiro.
4 años después por fin esta la plata suficiente para cambiarnos y arreglarla como mis papas quieren; la semana pasada comenzó el cambalache de casa mil cosas que guardar libros, peluches, cuadros, etc. Iba todo bien hasta que mis papas por problemas en sus pegas retrasaron todo, yo cada día que pasaba mas me enojaba porque, tenia mi ropa guardada, era incomodo, estaban las cosas repartidas entre ambas casas, lo que ocasiono mil peleas… conclusión era un caos total, hasta hoy en la mañana, ya por fin no queda lo ultimo y ahora que miro mi antigua pieza no se porque no logro evitar que las lagrimas corran por mi rostro, si soy extremadamente sentimental y no puedo dejar de recordar tantas situaciones que viví acá, no me da pena dejar la casa por un apego material si no que, no se si a todos les pasa, pero cuando han vivido tantas cosas (mas de 10 años) junto a un objeto uno le toma aprecio no por lo que vale, si no por lo que simboliza, dado que cada vez que lo ves vuelven a la mente todos los momentos vividos.
Como poder olvidar la casa que, como dice mi mamá, me vio florecer, el cuarto donde hice tantas confesiones, tantos llantos, conversaciones varias, entre ellas con Hatsuko cuando iba en el colegio y con varias otras de mis amigas y compañeras, también lo que fue mi 1º pololeo; justamente acá fueron las batallas más campales y los momentos dulces. Mil festejos y también esta habitación para mi era mi consuelo las veces que me sentí superada por alguna situación yo venia me encerrada y lloraba, para luego volver a ponerme en pie.
Uff me puse melancólica, pero no lo puedo evitar, aunque estoy tranquila porque se que tengo mucho por delante y nueva casa con pieza nueva para crear un sin fin de momentos tal como los hice acá.
Sinceramente es un cacho cambiarse de casa, por las incomodidades que causas y además porque descubres que tienes más cachureos y cosas inútiles de las que pensaba; lo bueno es que de paso se limpian lugares que nunca ven la aspiradora y se aprovecha de votar todas esas cosas que nunca ocupe (pero como dice la ley de “merphy” demás que las necesitare en 1 semana más), en fin ya paso lo mas grave ahora solo queda acomodarlo todo de nuevo…
4 años después por fin esta la plata suficiente para cambiarnos y arreglarla como mis papas quieren; la semana pasada comenzó el cambalache de casa mil cosas que guardar libros, peluches, cuadros, etc. Iba todo bien hasta que mis papas por problemas en sus pegas retrasaron todo, yo cada día que pasaba mas me enojaba porque, tenia mi ropa guardada, era incomodo, estaban las cosas repartidas entre ambas casas, lo que ocasiono mil peleas… conclusión era un caos total, hasta hoy en la mañana, ya por fin no queda lo ultimo y ahora que miro mi antigua pieza no se porque no logro evitar que las lagrimas corran por mi rostro, si soy extremadamente sentimental y no puedo dejar de recordar tantas situaciones que viví acá, no me da pena dejar la casa por un apego material si no que, no se si a todos les pasa, pero cuando han vivido tantas cosas (mas de 10 años) junto a un objeto uno le toma aprecio no por lo que vale, si no por lo que simboliza, dado que cada vez que lo ves vuelven a la mente todos los momentos vividos.
Como poder olvidar la casa que, como dice mi mamá, me vio florecer, el cuarto donde hice tantas confesiones, tantos llantos, conversaciones varias, entre ellas con Hatsuko cuando iba en el colegio y con varias otras de mis amigas y compañeras, también lo que fue mi 1º pololeo; justamente acá fueron las batallas más campales y los momentos dulces. Mil festejos y también esta habitación para mi era mi consuelo las veces que me sentí superada por alguna situación yo venia me encerrada y lloraba, para luego volver a ponerme en pie.
Uff me puse melancólica, pero no lo puedo evitar, aunque estoy tranquila porque se que tengo mucho por delante y nueva casa con pieza nueva para crear un sin fin de momentos tal como los hice acá.
Sinceramente es un cacho cambiarse de casa, por las incomodidades que causas y además porque descubres que tienes más cachureos y cosas inútiles de las que pensaba; lo bueno es que de paso se limpian lugares que nunca ven la aspiradora y se aprovecha de votar todas esas cosas que nunca ocupe (pero como dice la ley de “merphy” demás que las necesitare en 1 semana más), en fin ya paso lo mas grave ahora solo queda acomodarlo todo de nuevo…